Y esperemos que esta primavera no se produzca la plaga de Planktothrix rubescensen
No sé si os acordaréis, pero se quedó todo el pantano rojo. Pasa en inviernos muy lluviosos, como los de 2001 y 2002. Duró un mes, y luego se pudrieron, con la peste que os podéis imaginar. Aquí tenéis algo de información.
El Atazar es un embalse oligotrófico con agua de bajo contenido de sales,
elevada transparencia y de excelente calidad para el suministro. No obstante,
en los años de fuertes lluvias hay una entrada más importante de fósforo por
aportes difusos que facilita la proliferación de la cianobacteria Planctothrix
agardhii. En condiciones normales esta cianobacteria esta en forma de inócu-
lo entre los 18 y 20 m de profundidad sin que presente signos importantes de
actividad, pero con la entrada de fósforo por aportes difusos desde la cuenca y
con la entrada de energía cinética turbulenta como consecuencia del paso de
los frentes que provocan la lluvia, esta alga asciende y provoca crecimientos
masivos que se pueden acumular en la superficie del embalse.
Durante la primavera de 2000 y 2001 se produjeron dos proliferaciones masivas de una cianobacteria tóxica identificada
como Planktothrix rubescensen el embalse de El Atazar (centro de España). En el presente estudio se ha realizado una inves-
tigación sobre los posibles efectos y toxicidad de esta proliferación en la comunidad de peces del embalse. Los principales
objetivos fueron analizar la presencia y concentración de toxinas en muestras de hígado, así como llevar a cabo un análisis
histopatológico del tejido hepático. También se analizaron datos recientes sobre la calidad del agua del embalse para detectar
los posibles cambios que pudieron desencadenar la proliferación de la cianobacteria. El análisis de la calidad del agua y de
las condiciones meteorológicas mostró la existencia de múltiples factores que pudieron influir en las proliferaciones de
P.rubescens. En los análisis de las extracciones realizadas a partir de las muestras de hígado de los peces del embalse no se
detectaron toxinas o estuvieron presentes en concentraciones muy bajas. Estos resultados no se pueden considerar definitivos,
ya que se detectaron afecciones hepáticas en los individuos estudiados que probablemente fueron debidas a la ingestión de
toxinas por los peces. La mayor parte de los peces afectados por la proliferación presentaron centros melanomacrofágicos
(MAs) en el hígado. El número, tamaño y contenido en pigmentos de los MAs suele depender de la salud del pez y del grado de
degradación ambiental. El número medio de MAs presentó una notable variación entre los individuos analizados y su distri-
bución en el hígado fue bastante heterogénea. Sin embargo, se necesita un estudio más detallado para profundizar en los
mecanismos que han originado la patología observada.