Ahi va mi cronica.
El domingo 10 de julio, mientras practicamos para el campeonato de España, Alberto se corta 3 dedos del pie con la aleta. 11 puntos de sutura mas tarde, queda claro que no será posible que venga. Cambio de planes; viajare solo en barco y sin coche para disminuir gastos. Muchas gracias a Javi y a Ochoa por recogerme en el puerto.
Antes de salir, Alberto y yo analizamos que material seria el idóneo para las condiciones de Valencia ya que al viajar solo, debía reducir mi equipo a una vela y un mástil. Pensamos que mi vela de poco viento seria la ideal para las condiciones de 10/12 nudos que se esperaban. Empaqueté la Gaastra Vapor 11 del 2009 ya que es más potente que la NP 10.7 del 2010. Ya desde el barco se podía sospechar que el viento no iba a ser de mi agrado.
El jueves por la mañana, sobre las 10:30, llego al club náutico. El viento ya está sobre los 9/10 nudos así que me pongo manos a la obra. Introduzco el mástil en la funda de la vela, le doy un mínimo de tensión, cambers sin introducir, y mi único mástil peta. Mi sospecha es que le dieron un golpe en el barco ya que estaba frio y sin tensión cuando rompió. Jueves por la mañana y ya me estoy planteando un recorrido turístico por la zona; el acuario, Museu de las Ciencies, el casco antiguo, las famosas prótesis de las valencianas que no dejan indiferentes ni a hombres ni a mujeres. Todos estos atractivos se habían convertido en mi plan del fin de semana ya que las posibilidades de encontrar a un inconsciente dispuesto a dejarme la pieza mas preciada y delicada de un equipo de formula son MUY escasas. Mientras comentaba mi desgracia a Fernando, aparece Angel quien es capaz de encontrar soluciones a cualquier problema. Que necesitas 5 metros de formuline, el tio abre el maletero del coche y te lo soluciona; que necesitas compartir habitación con alguien que no ronque, te lo soluciona; que necesitas las tijeritas de una “Royal Swiss Army Knife”; no hay problema. Entre susurros me dice, “por ahí viene un inconsciente, tu hazte el afectado”. Suelto una lagrimita mirando al suelo mientras se aproxima Rafa el maño. Angel le comenta mi desgracia y Rafa, sin pensárselo, me ofrece el suyo; hay que ser inconsciente!!!
Bueno, parece que el fin de semana empieza de nuevo.
Ya por fin salgo a probar el campo de regata y me percato del tamaño del chopi, eso no es chopi, eso son olas. No solo estaba soplando, lo cual no es bueno para mi, sino que hay una mar impresionante; 2 factores en mi contra que no manejo con demasiado estilo.
Viernes por la mañana.
La espera para los de formula se hace bastante larga, tanto para empezar la primera como entre mangas, y encima, si el viento esta soplando con fuerza, la espera se hace interminable.
1ª Manga: Nos dan la salida en unos 11 nudos. Yo hago una buena salida junto al barco y al toque de corneta. Consigo un primer bordo muy digno pero me paso de layline. Me pasan 3 gallegos, que van muy bien y como alguien decía, es un gusto ver a unos chavales tan jóvenes y con tanto nivel en una regata de FW. Me mantengo en la empopada posiblemente perdiendo algún metro sobre los gallegos. Ya en la segunda ceñida recupero algún puesto pero me paso de nuevo de layline. Ya casi terminando me pasa en el largo Víctor Deporteer relegándome a un digno 10 puesto. Este resultado va a ser el mejor del fin de semana ya que a partir de aquí el viento se compincha con el resto de la flota que parecía estar a gusto con la subida.
2ª manga: Esto sube. Salida de pena por detrás de ESP-10 comiéndome su viento hasta que salgo de su estela. Una vez que consigo navegar con viento limpio, intento lidiar con esas olas sin éxito. Cada ola parece más grande que la anterior y mi frustración va en aumento. No sé que hacer para mantener la velocidad. Llego a la boya de ceñida muy atrasado. Ahora toca la empopada. Llevo una botavara prestada. Hago un intento de llegar al cabo del outhaul pero no lo consigo; esta a 20 cm más allá de lo que me dan los brazos. Cuento hasta 3 y pego un estirón consiguiendo engancharme al cabo. Ahora no consigo desengancharlo. Me hago toda la empopada con la vela tensa con un descontrol que no me hace ninguna gracia. Llego a la boya de abajo con la botavara a la altura de los hombros; se ha bajado. Empiezo a subir de ceñida igualito que la empecé; fatal. El viento ahora esta soplando más; con la vela abierta y la botavara a la altura de los tobillos me pasa un pez luna. Para cuando llego a la boya de arriba, estoy agotado. Empiezo a bajar pero no tardo que darme cuenta que no me quedan pilas para terminar. Esto es una locura, voy a mil por hora, agarrado a la botavara con las 2 manos por delante de los cabos de arnés, sin chicken strap, con el outhaul sin aflojar y completamente agotado. Ya sin fuerzas, me llega una racha que me saca literalmente de los straps y me pego una catapulta que me deja sin aliento. Aprovecho para sentarme sobre la tabla y ver pasar a los pocos que quedan por pasar.
El resto de las mangas son un calco de la 2ª cayéndome, sin chicken strap, irremediablemente en cada empopada.
Domingo: Bueno, cambio de chip. El pronóstico es… “raro”. Existe la posibilidad de que sople poco y me voy a agarrar a esa esperanza. Le tengo muchas ganas a este día. Tengo una espina muy grande que sacarme y lo voy a hacer hoy. Llevo 2 días demostrando que navego fatal con viento y olas y ahora me quiero demostrar que no se me da tan mal con viento flojo. He cambiado los cabos del outhaul y solucionado el problema de la bajada de la botavara.
El campo de regatas esta a “tomar viento fresco”, mas tarde se demostrara que era verdad. Para cuando llegas al barco del comité, necesitas un par de barritas energéticas y una bebida isotónica. El viento no para de rolar hasta que finalmente que se establece. Estan a punto de dar la salida en unos 9/10 nudos; esto me gusta. Visualizo mi salida y me veo saliendo con tiempo junto al barco. 20 segundos y arranco al planeo con la seguridad que esta vez sí me voy a sacar esa espina. Meto los pies en los straps, me engancho al arnes y veo un espacio por dónde meterme. Creo que voy a hacer una salida perfecta. Me coloco detrás de una línea de tablas dispuestas a tomar el mismo espacio. 5 segundos; estoy detrás de la zodiac del comité. Solo me queda que den el bocinazo para hacer una salida perfecta. Noto que el chaval que llevo delante está a punto de perder el planeo, pego un grito para que intente evitar el impacto y hace una catapulta a escasos 3 metros de mi. Irremediablemente, impacto contra él. Bueno, ya será otro año. Espero a que levante la vela para poder salir yo. Consigo salir con poco viento pero la flota ya esta lejos. El viento empieza a bajar y un grupo de unas 5 tablas que nos habíamos ido por babor, nos caemos del planeo mientras que los de estribor, subían a buen ritmo. Finalmente nos llega una racha que nos levanta a todos al planeo para encarar la boya de ceñida. El viento iba subiendo llevándonos casi directos a la boya. Y el viento siguió subiendo y subiendo. Para cuando llego a la boya, llevo la vela, OTRA VEZ, completamente abierta y sin control. El cambio de rumbo en la boya de ceñida es bestial; cierro los ojos, palo adelante y que sea lo que Dios quiera. Como no, a mitad de la empopada catapulto de nuevo y decido dedicarle unos minutos a la reflexión. Una vez recuperado el aliento, me doy cuenta de que el viento está MUY fuerte y decido volver a tierra que está a 3 millas de donde me encuentro. Me pongo en pie, me engancho al “easy uphaul” y no puedo. Veo a una formula que se acerca de través que en realidad está intentando bajar de empopada para volver a puerto pero la intensidad del viento no se lo permite. Yo me paso 15 minutos a la deriva enganchado a la driza. La misma tabla que pasó hace 15 minutos, ahora estaba de vuelta. Habíamos recorrido la misma distancia él de través y yo a la deriva. Consigo sacar la vela del agua y navegar unos 500 metros pero el viento me agota. Decido volver a la deriva. Mientras estoy esperando, se aproxima un “Party Boat”. Uno de esos barcos que lleva grupos de gente a beber y bailar. Solo me faltaba que ahora me rescate un barco lleno de borrachos. Saco fuerzas de donde no las había y levanto la vela para, al menos, alejarme del barco. Gracias a Dios, (parece que en estos momentos uno se vuelve más creyente), este bordo me lleva directamente a puerto. Una vez dentro del puerto y a escasos 30 metros del pantalán, se acerca una zodiac para ayudarme en el último tramo.
Y uno, después de lo vivido, no puede sino preguntarse, ¿Se quedo conmigo Alberto?
Enhorabuena a los campeones Fernando Martinez, Pablo Ania y Alejandro Alcazar (Ale) 1º,2º y 3º de España respectivamente y al campeonísimo Miguel Martinho quien parecía que solo le sacaba partido a la Severne con viento flojo pero que en realidad dominó en todo tipo de viento.
Enhorabuena a los gallegos quienes han demostrado un nivel altísimo dentro y fuera del agua.
Las chicas, realmente impresionantes.