lukiluk
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Tortilla francesa contra huevos revueltos.
Me enteré el otro dia, no sé cuanto tendrá de cierto, de que la tortilla francesa no es un invento francés sino que empezaron a llamarla así los gaditanos, tortilla “de cuando los franceses”, cuando las hacían sin patatas ni cebolla al estar asediados por el ejército de Napoleón y no disponer casi de víveres.
El caso es que bajaba yo un día dando un paseo por la Alameda después de haberme jincado una ración de urta que quitaba er sentío regada con una botella de Barbadillo en el Ancla. La tarde estaba fresca y el poniente flojito no daba para navegar. Al pasar por el Café Continental vi libre la mesita esa que está pegada la torre de la muralla, debajo de una palmera y que está protegida del viento, allí da un solecito por la tarde muy rico. Así que allí que me senté a tomarme un cafelito. Café exquisito sentado en esa terraza por un euro, un lujo.
El caso es que me empezó a dar la modorra por el Barbadillo y porque la noche anterior me había dormido muy tarde leyendo la crónica del asedio de Tarifa por el ejército de Napoleón hace doscientos años.
El solecito…mmm….el Barbadillo…..que rico…..que modorra…mmm……mmm…..que sueñooo….ZZZZZZ…….
Me sobresaltaron los gritos de la gente que venía corriendo desde la Calzada. ¿Qué pasa? Le pregunté a un paisano que subía corriendo del puerto. ¡Los franceses están en la Torre de la Peña! Los hemos visto desde el mar.
¿Los franceses? ¿Aquí? ¡No jodas! Pero si los echaron en Bailén hace dos años. No me lo podía creer.
Al rato vi que más de mil tarifeños salían armados con lo que tenían a mano en dirección a la torre. Al caer la noche volvieron heridos y maltrechos, los franceses habían llegado a la puerta de Jerez dándoles estopa hasta en el cielo de la boca , pero se limitaron a arrasar con todo lo que encontraron en su camino, ganado y provisiones para el asedio de Cádiz, sin llegar a entrar a la ciudad.
Cádiz y Tarifa eran las dos únicas plazas que no habían caído aún en manos de Napoleón. Tarifa era un sitio estratégico para abastecer a la sitiada Cádiz y pillar por la espalda a la flota imperial, como ya pasó en la batalla de Chiclana. Además desde allí se podría cortar el suministro que llegaba desde Tánger a Gibraltar, debilitando a los ingleses. Tarifa era la llave para desatascar el embrollo en que se había convertido la guerra en España que había pasado de ser un paseo militar a convertirse en la pesadilla del Emperador.
Así estaban las cosas cuando apareció por el puerto un destacamento británico que había mandado desde Gibraltar el mayor Campbell.
Este contingente unido a la guarnición permanente del fuerte de la isla de las Palomas y los paisanos lograron rechazar un segundo ataque de unos mil infantes que en su huida volvieron a desvalijar las granjas que atravesaron.
La gente del pueblo estaba que trinaba.
El mariscal Soult, encabronao, llamó al general Godinot para que acabara de tomar Tarifa de una puta vez y allí le mandó de nuevo. Esta vez no llegaron ni a pasar la Torre de la Peña por que las barcas cañoneras, que habían copiado los ingleses de la resistencia de Cádiz, les barrieron desde el mar. Al regresar Soult le metió un rapapolvo a Godinot que éste se pego un tiro en la cabeza delante de él.
Soult, colérico, mandó llamar esta vez a todo un mariscal del imperio, Claude Víctor. Este, al mando de una columna desde Málaga más otras dos de artillería e ingenieros desde el norte de la provincia, caería sobre Tarifa tomándola definitivamente. Esta vez no podía haber errores, Tarifa tenía que caer, era necesario o Napoleón tomaría cartas en el asunto. Ochomil infantes franceses, incluyendo un contingente polaco del gran ducado de Varsovia, 585 dragones a caballo, 469 artilleros y una fuerza heterogénea de soldados ingenieros, zapadores y marinos con un total de 385 efectivos. En total, más de diez mil hombres.
Por su parte el Gobierno en Cádiz envió para la defensa un contingente hispano-británico al mando del General Copons y el Coronel inglés John Skerret compuesto por 1.500 infantes de los regimientos de Irlanda, Cantabria y Segundo de Sevilla y apenas si contaba con 10 artilleros. Mientras, el coronel inglés, por su parte, contaba con unos 1.800 infantes, incluidas las fuerzas de la guarnición de Gibraltar y las venidas desde Cádiz, los regimientos 47 de infantería, el 87 irlandés, una compañía del 95 de Rifles y unos 80 artilleros, a los que se sumarían 70 marines de la Royal Navy. En total tres mil y pico efectivos.
Inmediatamente el comandante de ingenieros Charles Smith se puso a rehabilitar la deteriorada y débil muralla , que era obsoleta por estar mas baja que los cerros de alrededor (actualmente hay una placa que lo recuerda) e ideó el ingenioso plan de defensa interior por el cual se hicieron cortaduras y zanjas en las calles, obstruyéndolas con rejas arrancadas de las ventanas y encastrándolas convenientemente en los muros de las casas.
En la costa el capitán de fragata tarifeño Lorenzo Parra evitaría un ataque por ese flanco. Sólo quedaba la débil la Puerta del Retiro.
Inmediatamente se presentó el enemigo y empezó las labores de asedio cavando trincheras y apostando la artillería. En pocos días una brecha practicable se había abierto por la puerta del Retiro a base de una lluvia de cañonazos.
Así las cosas y al ver que mi amiga Gisela se había enrolado para combatir con una partida de paisanos kiters….
…no tuve más remedio que ponerme la casaca roja y alistarme en el 87º regimiento de windsurfistas irlandeses…
Hay que decir que el himno de este regimiento , el famoso “Garry Owen”, se escuchó en combate por primera vez en Tarifa, cincuenta años antes de que el general norteamericano Custer lo adoptara para el 7º de Caballería; luego en la batalla de Little Big Horn contra los Sioux palmó. Por copión.
Bueno, a lo que íbamos que me despisto. Abierta la muralla, el mariscal francés se descolgó con un comunicado prepotente y autoritario dando dos horas para la rendición total al Gobernador de la plaza; el General Copons, sin serlo, le contestó:
“Sin duda ignora V.S. que me hallo yo en esta plaza cuando propone a su Gobernador que admita una capitulación por hallarse la brecha próxima a ser practicable; cuando lo esté, a la cabeza de mis tropas me encontrará V.S. para defenderla y entonces hablaremos.
General Copons
P.D. Sírvase V.S. omitir en lo sucesivo parlamentos.”
Después arengó a los defensores y se puso en primera línea.
Se organizaron nuevamente los aliados para la resistencia y cubrieron el frente atacado. A la izquierda de la Puerta del Retiro y sobre las murallas del frente del torreón de Jesús, las tropas de los regimientos españoles de Irlanda y Cantabria; y cubriendo la brecha abierta, las compañías de granaderos y cazadores del Segundo Regimiento de Sevilla.
Hacia la torre del Corchuelo el frente lo cubrían los aliados del 87, 47 y 95 regimientos británicos, distinguiéndose especialmente los irlandeses del 87 regimiento de infantería windsurfista, donde estaba yo, al mando del teniente coronel Hugh Gough, quienes defenderíamos el rastrillo por donde pasaba el arroyo del Retiro y por donde pretendían entrar también los imperiales franceses.
A partir de ese momento la carnicería no paró. A las andanadas de artillería...
seguían embestidas de la infantería. La cosa se ponía chunga por momentos.
Los franceses arremetían una y otra vez, pero tenían enormes bajas por que venían en formación, como tolis. Una masacre, todo lleno de tíos reventaos, vísceras, un asco.
Al poco mandaron una legación con bandera blanca para poder retirar a los heridos.
No sólo se aceptó sino que los propios tarifeños se encargaron de ayudarles a recogerlos y atenderlos como ya hicieron los pescadores de Barbate después de Trafalgar.
Aprovechando la tregua les dije a mis colegas irlandeses windsurfistas que si nos íbamos a echar unas planeadas al Mistral. Miré el Windgurú y me quedé alucinado; todo morao y lluvia a mansalva, nada de navegar.
Pensé, ostia, tengo que dar el toque como hizo Jot en el FIB cuando la ciclogénesis. Salí corriendo para comunicárselo al General Copons :” Tranquilo, mi general- le dije- los francese no están acostumbrados a la levantera y además no tienen velas pequeñas”. Se quedó pensativo y me dio un abrazo emocionado. “Vaaale, vaale, mi General, que me va a poner la casaca perdida, hombre” asentí y me retiré a mi posición.
Y así fué, esa vez el Windgurú no falló y apareció el arma más poderosa de Tarifa , el Levante. Con un temporal de varios días que azotó la zona y anegó las trincheras y las infraestructuras. Frío, viento, barro, agua y más agua. Algo así como lo que les ha debido pasar a los del Soplao.
Entonces el glorioso e invencible ejército imperial francés tuvo que retirarse dejando abandonadas en el barro las piezas de artillería y la impedimenta.
A partir de aquí Cádiz no se pudo tomar, Andalucía se recuperó y Napoleón se batió en retirada hasta la torre Eiffel…o lo que hubiera allí en ese momento.
Mas tarde en el pueblo nos juntamos de fiestuqui los british, los irish y los pishas y nos fuimos a tomarla, unos unas pintas y otros unas rubias sevillanas de pelo blanco, Cruz Campo se llaman.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Me enteré el otro dia, no sé cuanto tendrá de cierto, de que la tortilla francesa no es un invento francés sino que empezaron a llamarla así los gaditanos, tortilla “de cuando los franceses”, cuando las hacían sin patatas ni cebolla al estar asediados por el ejército de Napoleón y no disponer casi de víveres.
El caso es que bajaba yo un día dando un paseo por la Alameda después de haberme jincado una ración de urta que quitaba er sentío regada con una botella de Barbadillo en el Ancla. La tarde estaba fresca y el poniente flojito no daba para navegar. Al pasar por el Café Continental vi libre la mesita esa que está pegada la torre de la muralla, debajo de una palmera y que está protegida del viento, allí da un solecito por la tarde muy rico. Así que allí que me senté a tomarme un cafelito. Café exquisito sentado en esa terraza por un euro, un lujo.
El caso es que me empezó a dar la modorra por el Barbadillo y porque la noche anterior me había dormido muy tarde leyendo la crónica del asedio de Tarifa por el ejército de Napoleón hace doscientos años.
El solecito…mmm….el Barbadillo…..que rico…..que modorra…mmm……mmm…..que sueñooo….ZZZZZZ…….
Me sobresaltaron los gritos de la gente que venía corriendo desde la Calzada. ¿Qué pasa? Le pregunté a un paisano que subía corriendo del puerto. ¡Los franceses están en la Torre de la Peña! Los hemos visto desde el mar.
¿Los franceses? ¿Aquí? ¡No jodas! Pero si los echaron en Bailén hace dos años. No me lo podía creer.
Al rato vi que más de mil tarifeños salían armados con lo que tenían a mano en dirección a la torre. Al caer la noche volvieron heridos y maltrechos, los franceses habían llegado a la puerta de Jerez dándoles estopa hasta en el cielo de la boca , pero se limitaron a arrasar con todo lo que encontraron en su camino, ganado y provisiones para el asedio de Cádiz, sin llegar a entrar a la ciudad.
Cádiz y Tarifa eran las dos únicas plazas que no habían caído aún en manos de Napoleón. Tarifa era un sitio estratégico para abastecer a la sitiada Cádiz y pillar por la espalda a la flota imperial, como ya pasó en la batalla de Chiclana. Además desde allí se podría cortar el suministro que llegaba desde Tánger a Gibraltar, debilitando a los ingleses. Tarifa era la llave para desatascar el embrollo en que se había convertido la guerra en España que había pasado de ser un paseo militar a convertirse en la pesadilla del Emperador.
Así estaban las cosas cuando apareció por el puerto un destacamento británico que había mandado desde Gibraltar el mayor Campbell.
Este contingente unido a la guarnición permanente del fuerte de la isla de las Palomas y los paisanos lograron rechazar un segundo ataque de unos mil infantes que en su huida volvieron a desvalijar las granjas que atravesaron.
La gente del pueblo estaba que trinaba.
El mariscal Soult, encabronao, llamó al general Godinot para que acabara de tomar Tarifa de una puta vez y allí le mandó de nuevo. Esta vez no llegaron ni a pasar la Torre de la Peña por que las barcas cañoneras, que habían copiado los ingleses de la resistencia de Cádiz, les barrieron desde el mar. Al regresar Soult le metió un rapapolvo a Godinot que éste se pego un tiro en la cabeza delante de él.
Soult, colérico, mandó llamar esta vez a todo un mariscal del imperio, Claude Víctor. Este, al mando de una columna desde Málaga más otras dos de artillería e ingenieros desde el norte de la provincia, caería sobre Tarifa tomándola definitivamente. Esta vez no podía haber errores, Tarifa tenía que caer, era necesario o Napoleón tomaría cartas en el asunto. Ochomil infantes franceses, incluyendo un contingente polaco del gran ducado de Varsovia, 585 dragones a caballo, 469 artilleros y una fuerza heterogénea de soldados ingenieros, zapadores y marinos con un total de 385 efectivos. En total, más de diez mil hombres.
Por su parte el Gobierno en Cádiz envió para la defensa un contingente hispano-británico al mando del General Copons y el Coronel inglés John Skerret compuesto por 1.500 infantes de los regimientos de Irlanda, Cantabria y Segundo de Sevilla y apenas si contaba con 10 artilleros. Mientras, el coronel inglés, por su parte, contaba con unos 1.800 infantes, incluidas las fuerzas de la guarnición de Gibraltar y las venidas desde Cádiz, los regimientos 47 de infantería, el 87 irlandés, una compañía del 95 de Rifles y unos 80 artilleros, a los que se sumarían 70 marines de la Royal Navy. En total tres mil y pico efectivos.
Inmediatamente el comandante de ingenieros Charles Smith se puso a rehabilitar la deteriorada y débil muralla , que era obsoleta por estar mas baja que los cerros de alrededor (actualmente hay una placa que lo recuerda) e ideó el ingenioso plan de defensa interior por el cual se hicieron cortaduras y zanjas en las calles, obstruyéndolas con rejas arrancadas de las ventanas y encastrándolas convenientemente en los muros de las casas.
En la costa el capitán de fragata tarifeño Lorenzo Parra evitaría un ataque por ese flanco. Sólo quedaba la débil la Puerta del Retiro.
Inmediatamente se presentó el enemigo y empezó las labores de asedio cavando trincheras y apostando la artillería. En pocos días una brecha practicable se había abierto por la puerta del Retiro a base de una lluvia de cañonazos.
Así las cosas y al ver que mi amiga Gisela se había enrolado para combatir con una partida de paisanos kiters….
…no tuve más remedio que ponerme la casaca roja y alistarme en el 87º regimiento de windsurfistas irlandeses…
Hay que decir que el himno de este regimiento , el famoso “Garry Owen”, se escuchó en combate por primera vez en Tarifa, cincuenta años antes de que el general norteamericano Custer lo adoptara para el 7º de Caballería; luego en la batalla de Little Big Horn contra los Sioux palmó. Por copión.
Bueno, a lo que íbamos que me despisto. Abierta la muralla, el mariscal francés se descolgó con un comunicado prepotente y autoritario dando dos horas para la rendición total al Gobernador de la plaza; el General Copons, sin serlo, le contestó:
“Sin duda ignora V.S. que me hallo yo en esta plaza cuando propone a su Gobernador que admita una capitulación por hallarse la brecha próxima a ser practicable; cuando lo esté, a la cabeza de mis tropas me encontrará V.S. para defenderla y entonces hablaremos.
General Copons
P.D. Sírvase V.S. omitir en lo sucesivo parlamentos.”
Después arengó a los defensores y se puso en primera línea.
Se organizaron nuevamente los aliados para la resistencia y cubrieron el frente atacado. A la izquierda de la Puerta del Retiro y sobre las murallas del frente del torreón de Jesús, las tropas de los regimientos españoles de Irlanda y Cantabria; y cubriendo la brecha abierta, las compañías de granaderos y cazadores del Segundo Regimiento de Sevilla.
Hacia la torre del Corchuelo el frente lo cubrían los aliados del 87, 47 y 95 regimientos británicos, distinguiéndose especialmente los irlandeses del 87 regimiento de infantería windsurfista, donde estaba yo, al mando del teniente coronel Hugh Gough, quienes defenderíamos el rastrillo por donde pasaba el arroyo del Retiro y por donde pretendían entrar también los imperiales franceses.
A partir de ese momento la carnicería no paró. A las andanadas de artillería...
seguían embestidas de la infantería. La cosa se ponía chunga por momentos.
Los franceses arremetían una y otra vez, pero tenían enormes bajas por que venían en formación, como tolis. Una masacre, todo lleno de tíos reventaos, vísceras, un asco.
Al poco mandaron una legación con bandera blanca para poder retirar a los heridos.
No sólo se aceptó sino que los propios tarifeños se encargaron de ayudarles a recogerlos y atenderlos como ya hicieron los pescadores de Barbate después de Trafalgar.
Aprovechando la tregua les dije a mis colegas irlandeses windsurfistas que si nos íbamos a echar unas planeadas al Mistral. Miré el Windgurú y me quedé alucinado; todo morao y lluvia a mansalva, nada de navegar.
Pensé, ostia, tengo que dar el toque como hizo Jot en el FIB cuando la ciclogénesis. Salí corriendo para comunicárselo al General Copons :” Tranquilo, mi general- le dije- los francese no están acostumbrados a la levantera y además no tienen velas pequeñas”. Se quedó pensativo y me dio un abrazo emocionado. “Vaaale, vaale, mi General, que me va a poner la casaca perdida, hombre” asentí y me retiré a mi posición.
Y así fué, esa vez el Windgurú no falló y apareció el arma más poderosa de Tarifa , el Levante. Con un temporal de varios días que azotó la zona y anegó las trincheras y las infraestructuras. Frío, viento, barro, agua y más agua. Algo así como lo que les ha debido pasar a los del Soplao.
Entonces el glorioso e invencible ejército imperial francés tuvo que retirarse dejando abandonadas en el barro las piezas de artillería y la impedimenta.
A partir de aquí Cádiz no se pudo tomar, Andalucía se recuperó y Napoleón se batió en retirada hasta la torre Eiffel…o lo que hubiera allí en ese momento.
Mas tarde en el pueblo nos juntamos de fiestuqui los british, los irish y los pishas y nos fuimos a tomarla, unos unas pintas y otros unas rubias sevillanas de pelo blanco, Cruz Campo se llaman.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
![[saludo]](/foro/smilies/saludo.gif "saludo [saludo]")
![[smilie=worship2.gif]](/foro/smilies/worship2.gif "worship2 [smilie=worship2.gif]")
![[applaudit]](/foro/smilies/applaudit.gif "applaudit [applaudit]")
Pero que cohone, te doy ya la medalla de honor de la ciudad de Tarifa. ![[sherlock.gif]](/foro/smilies/sherlock.gif "sherlock [sherlock.gif]")
que cada vez pasas mas tiempo por aquellos maravillosos lares ... ya nos contarás
![[meparto]](/foro/smilies/meparto.gif "meparto [meparto]")
![[porreta]](/foro/smilies/porreta.gif "porreta [porreta]")
![[bow]](/foro/smilies/bow.gif "bow [bow]")
![[big-laugh]](/foro/smilies/big-laugh.gif "big-laugh [big-laugh]")
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