Adjunto un texto extraído de la web "Desgobierno" que nos indica el procedimiento y las consecuencias de una salida del euro:
¿Qué pasará el día que el gobierno se vea obligado a proclamar que España abandona el Euro? ¿Habrá corralito? ¿Nos cambiarán los ahorros a Nuevas Pesetas? ¿Qué pasará con mi hipoteca? ¿Y mi sueldo? ¿Y mi plan de pensiones?
Por excepcional que nos parezca el panorama, esta no habrá sido la primera ruptura monetaria, ni será probablemente la última.
Tantas preguntas por responder, y no he encontrado ningún estudio serio en castellano que aclare el tema. Así que basándome en los “papers” más claros y concisos que he encontrado -todos en inglés- me dispongo a contaros una probable cronología de los eventos dramáticos que se sucederán más o menos como sigue:
1- El shock: Decreto Ley, Redenominación y Corralito
Toda ruptura monetaria se hace por sorpresa, aunque para algunos esté cantada.
La teoría dice que hay que negarlo rotundamente una y otra vez hasta que un día, de repente, salgamos del Euro por sorpresa. Los preparativos para la ruptura están probablemente en marcha, pero en máximo secreto.
La sorpresa será para el primer país que salga del Euro. Los siguientes candidatos se enfrentarán a una corrida bancaria repentina que obligará a los gobiernos a imponer corralitos, y necesariamente, a salir también de la Eurozona. Esto explica la importancia de retener a Grecia dentro de la Eurozona, aunque se esté destruyendo su sociedad y su economía.
Todo comenzará un sábado, como se hacen siempre estas cosas. Se aprobará un Real Decreto Ley que regulará todos los detalles de la salida: marcado de billetes, control de capitales, redenominación de deudas, sueldos, etc. Todas las medidas entrarán en vigor durante ese mismo fin de semana.
Se impondrá inmediatamente un control de capitales, o corralito, consistente simplificadamente en no poder realizar transferencias internacionales, no poder retirar en efectivo más de una cantidad fija por semana y tampoco poder sacar del país dinero en metálico.
La nueva moneda se llamará con toda probabilidad igual que la moneda anterior al Euro: la Nueva Peseta. Será de aceptación obligada en comercios, y en ella serán redenominadas todos los contratos y deudas internas, todos los sueldos y los depósitos bancarios en euros del país. El cambio aplicado será 1:1. Una Nueva Peseta será equivalente en un inicio a un Euro.
Hay economistas que harían diferencias entre los residentes y los no-residentes a la hora de redenominar los depósitos.
Debido a la capacidad de falsificar o alterar la fecha de los documentos acreditativos de residencia, será mucho más plausible el no diferenciar por lugar de residencia, sino por estricta ubicación de la sucursal bancaria.
Creo que el lado práctico primará sobre otros conceptos legales. Los tribunales podrían sino estar inundados de casos de alegantes de residencia en el extranjero.
Hay acuerdo en los economistas de que las cuentas en el extranjero de residentes en España estarán a salvo de la redenominaicón.
Sobre las hipotecas hay disparidad de opiniones. Los hay que dicen que las hipotecas en euros deben ser redenominadas en función del país de residencia de los propietarios, y otros que dicen que deberían serlo en función de la ubicación de los inmuebles hipotecados.
Esta última propuesta tiene la ventaja (como en el caso de los depósitos) de que se evitan incertidumbres respecto de la justificación del país de residencia, y se evitan también pérdidas o ganancias inesperadas para las familias en el valor del inmueble respecto de la deuda.
Las hipotecas redenominadas a Nuevas Pesetas y a tipo variable tendrán como referencia el Mibor (Madrid Interbank Offered Rate) en lugar del Euribor.
Las hipotecas en divisa extranjera permanecerán tal cual, manteniendo los propietarios el riesgo de cambio que habían contraido.
2- Transición monetaria: marcado de los billetes existentes
Como el fin de semana se quedará corto para realizar los preparativos urgentes de la nueva moneda, se declararán festivos para la banca el lunes y martes siguientes, mientras en el exterior de las entidades resuenan las caceroladas de los clientes indignados queriendo sacar su dinero. Los cajeros sufrirán las iras de los depositantes.
Mientras, en el interior de los bancos comenzará una operación masiva de estampación de una marca identificativa sobre los billetes. La impresión de nuevos billetes llevará semanas, sino meses, así que la manera de diferenciar una Nueva Peseta de un Euro será tan sencilla como estampar una marca indeleble sobre el billete.
Se instalarán oficinas de estampación de billetes por todo el país (por ejemplo en edificios de la Administración Central) y se intentará convencer a los ciudadanos de que pasen por allí a marcar los billetes en su poder. Los billetes no marcados serán declarados ilegales para el uso cotidiano, ya que se considerarán moneda extranjera.
En todo este proceso tenemos dos opciones contrapuestas que defienden los economistas:
Todos los billetes son iguales, indistintamente del país emisor. El problema es que los ciudadanos no llevarán sus billetes a estampar debido a la pérdida de valor que esto representaría. Se guardarían el dinero en casa para cambiarlos solo cuando fueran a gastarlos, o se los venderían a cambio de una comisión a negocios alemanes que los puedan utilizar. Esto implica una fuga de capitales importante en un país en el que una minoría tiene tiene tendencia a acumular bastante dinero en metálico y se beneficiarían de ello. Los controles en las fronteras podrían dar lugar a casos serios de violencia.
La otra alternativa consiste en diferenciar los billetes según su país emisor: la ventaja es que cada ciudadano sabe qué divisas tiene en la cartera y sus billetes estarán de facto redenominados. No hay trampas que realizar ni fraude posible. Se evita el tráfico y fuga de divisas.
En este punto, nuevamente, creo que lo práctico primará sobre otras consideraciones. Diferenciar los billetes según su letra es infinitamente menos conflictivo.
3- La devaluación y quiebra de la banca
Al cabo de unos días, la nueva moneda se incorporará al mercado de divisas, con lo que es de esperar que su valor de derrumbe brúscamente. El tipo de interés del Banco de España deberá incrementarse dramáticamente para buscar el equilibrio de la moneda. Las hipotecas redenominadas y referenciadas al Mibor verán cómo el tipo de interés se disparará.
Para evitar una fuga de capitales masiva de ciudadanos queriendo vender Nuevas Pesetas anticipándose a futuras devaluaciones, se deberá mantener el corralito más tiempo de lo declarado inicialmente.
Los bancos nacionales, grandes y pequeños, se enfrentarán a la bancarrota y deberán ser nacionalizados para rescatar a los depositantes. En efecto, mientras que sus deudas estaban contraídas en el exterior y a corto plazo en Euros, sus clientes les devolverán a largo plazo y en Nuevas Pesetas.
El coste para el Estado de la nacionalización de la banca será tal que estará obligado a monetizar deuda, devaluando aún más la moneda. Los salarios deberán desconectarse de la inflación si se quiere evitar una escalada hasta la hiperinflación.
4- La negociación de la deuda: las quitas
La deuda pública emitida por el Estado y pagadera en España (la inmensa mayoría) se devolverá en la moneda soberana del país emisor: Nuevas Pesetas. Esto es una buena noticia.
Los países “rescatados” con fondos del FMI o del EFSF no tendrán tanta suerte. Su deuda se rige por la “english law” y tendrán que pagarla a precio de oro.
Por otro lado se entablarán negociaciones entre el Banco de España y el BCE para reestructurar la deuda del primero (o convertirla a Nuevas Pesetas, que viene a ser también una quita), ya que la deuda actual del BdE a fecha de abril de 2012 es de unos 260.000 millones de euros, y crece a un ritmo pavoroso de 30.000 millones de euros al mes. Esto refleja la magnitud de la fuga de capitales actual, y explica que seguir más tiempo en la Eurozona es un auténtico suicidio.
5- La buena noticia: la competitividad
Todo esto parece más bien apocalíptico. ¿Por qué querría un país pasar por semejante calvario?
Simplemente porque es la única solución para recuperar la competitividad de manera rápida, y ello ejerciendo la soberanía monetaria. Estas dos cosas permiten mejorar drásticamente las exportaciones y estimular el consumo interno a la vez.
El resultado es la creación rápida de muchos puestos de trabajo y, si se toman las decisiones políticas adecuadas, la reindustrialización del país.
Gabriel Asuar Coupé
15 de mayo de 2012
desgobierno.wordpress.com
En fin, muy desalentador...