lopagan dijo:
http://www.laverdad.es/murcia/20110213/local/cartagena/procede-rescate-windsurfista-metros-201102131800.html
por si alguno sabeis algo
El de la noticia soy yo.
Ocurrió así. Monto 6.4 y 133 litros, que es la única tabla que llevaba. Salgo planeando y al meter el pie en el footstrap de atrás (los llevaba hoy en una posición más retrasada) me hace un extraño la tabla y caigo. Hago waterstart y continúo ciñendo. Intento virar y caigo en la maniobra. Intento waterstar pero ahora está mucho más fuerte y la vela se me escapa. Como veo que es imposible, me subo para drizar. Totalmente imposible. Con la fuerza del viento la tabla se iba a sotavento y por más fuerza que hiciera no se podía hacer nada. De hecho me dio un calambre en un gemelo y el biceps me dio como un pinchazo (contractura). Viendo que era imposible me siento y hago señales. Enseguida viene uno de vosotros, perdón por no recordar el nombre. Me comenta que están intentado montar una tabla grando con 4. 7 y que en todo caso la corriente me lleva al cavanna. Unos minutos más tarde pasa Mario, me dice que tranquilo. Después pasa otro, perdón por no conocer el nombre me ánimos y dice que tranquilo. Le doy la llave de mi coche y me dice que me recogerán en el cavanna. Sigo flotando a la deriva y puedo ver a chicharrero en la misma situación para más cerca de la costa aproximandose a la bahía del cavanna. Pasa el tiempo estoy entre el secret y la isla del ciervo pero derivando cada vez más hacia adentro. Las olas cada vez son más grandes y alguna me tira de la tabla. Mantengo la calma pero veo que no voy a entrar en la bahia, que voy derecho hacia las rocas de la isla con el oleaje. Ninguna embarcación por la zona y decido llamar a salvamento marítimo. Doy mi situación y empieza el protocolo de actuación. Me llaman al minuto y me dicen que enseguida vienen. Me tranquilizo pero veo que la corriente me saca y que no voy a tocar la isla. El viento arrecia y las olas me hacen muy difícil mantenrme encima de la tabla. Me vuelven a llamar de Salvamento para decirme que la embarcación que iba a venir se le ha roto el embrague, pero que tranquilo, que en 20 minutos o media hora llegarían. Llevo aproximadamente hora y media en el agua. Tengo bastante frio y empiezo a tiritar. Era dificil mantener la calma. Me vuelve a llamar el de salvamento para darme ánimos pero le digo que se den prisa. Estoy a unos 100 metros de la isla del ciervo y pienso en saltar y trepar por las rocas. Pero viendo como chocaban las olas y acordándome de lo que le pasó al Rubio en la Azohia el año pasado lo descarto. Justo en ese momento en que peor me sentía moralmente veo un foraborda a una media milla con dirección hacia el Mar de Cristal. Levanto los brazos y grito parece que va a pasar de largo pero... al final cambia el rumbo y viene a por mi. Los pies los tenía muy frios y no dejaba de tiritar. Me costaba moverme el patron de la embarcación me acerca un bichero pero se le escapa. Las olas y el viento lo hacían todo bastante complicado. Da varias pasadas pero nos alejamos otra vez. Me tira un cabo pero se le vuelve a soltar. Amarro el cabo al footstrap trasero y a la siguiente pasada consigue capturar el cabo. Me tiro al agua y consigo subir al foraborda. La corriente ahora nos ha arrastrado detrás de la isla del ciervo y no tiene suficiente potencia para ir contra el viento arrastrando el material. Con un gran esfuerzo conseguimos subirlo abordo y desmontarlo. Estoy exhausto y con mucho frío, pero a salvo. Me llevan a la playa del cavanna y me despido de Antonio, mi ángel de la guarda hoy.
Salgo de la playa y al poco aparecen... lo siento no sé los nombres, con mi coche.
Conclusiones:
- El mar siempre puede ser peligroso.
- No voleré a navegar con viento de tierra ... al menos en mucho tiempo.
Agradecimientos:
A todos aquellos que me echaron una mano, os acercasteis para dar ánimos y me llevaron el coche.
De salvamento marítimo no sé qué decir. Las personas con las que hablé se preocuparon pero el resultado de la operación fue demasiado lento. No sé exactamente qué ocurrió pero pienso que el mar menor debe tener mejores medios para emergencias de este tipo.
Sobre todo quiero agradecer a Antonio, patron de la embarcación Península con amarre en Mar de Cristal que fue quien me sacó del agua cuando peor lo estaba pasando.
También quiero hacer extensible mis agradecimientos a San Aquapack, el inventor del móvil y la madre que lo parió.