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Espigones en Barcelona - Nuevas Noticias
[imx:320:453]http://periodico.mynewsonline.com/cpreview/20070209G0022PER.jpg[/img]
9/2/2007 PROYECTO PARA PRESERVAR EL LITORAL DE LA CIUDAD
Un espigón sumergido tres metros protegerá las playas de Barcelona
• Medio Ambiente acepta bajar la cota y suprimir la barrera de Nova Icària como pidió el ayuntamiento
• El acuerdo cerrado en Madrid solo está pendiente de las últimas pruebas de la dinámica de las olas
MANUEL VILASERÓ
MADRID
Las dudas sobre el proyecto de protección de las playas de Barcelona destinado a evitar la pérdida de arena han llegado a su fin. El Ministerio de Medio Ambiente ha accedido a la petición del Ayuntamiento de Barcelona de rebajar la altura del espigón sumergido hasta la cota de menos tres metros y suprimir el tramo previsto frente a la playa de la Nova Icària. El primer teniente de alcalde, Xavier Casas, se declaró ayer satisfecho y "muy tranquilo" tras conocer de primera mano el proyecto en una visita al centro de experimentación de Madrid donde se realizan las pruebas de dinámica marina.
La defensa submarina se instalará, pues, en las playas del Bogatell, Mar Bella, Nova Mar Bella y Llevant con una longitud total de 2.300 metros, unos 200 menos que el proyecto inicial. El consistorio alegó que la de la Nova Icària no necesitaba una protección adicional porque el puerto olímpico y el espigón de Llevant ya ofrecen garantías suficientes sobre la estabilidad de la playa.
Pero la discrepancia que más dividía a ayuntamiento y ministerio era la profundidad. Desde Barcelona se pedía bajar hasta la cota de menos cinco metros y desde Madrid se había previsto inicialmente la de menos uno. Luego se bajó a menos dos. El objetivo de los responsables municipales era salvar el principal temor que albergaban sus expertos y otros científicos: la zona de baño se convertiría en una caldeada piscina repleta de suciedad y bacterias debido a la escasa renovación del agua.
IMPOSIBLE BAJAR MÁS
Medio Ambiente se ha negado a ir más allá de los tres metros por razones técnicas. Por un lado, no hay maquinaria para trabajar a menos cinco y, después, la estabilidad de las playas no queda garantizada. Sus técnicos aseguran, además, que la renovación del agua queda asegurada y para demostrarlo sin ninguna duda es por lo que, entre otras razones, se ha construido una enorme maqueta a escala de la playa del Bogatell.
El municipio también alegó razones de seguridad para bajar la cota. Ahora coincide con el ministerio en que con situar la escollera a menos tres basta para que naveguen sin peligro las embarcaciones que pueden zarpar cuando no hay temporal. "Los barcos de limpieza y salvamento podrán entrar perfectamente", dijo el subdirector general de Sostenibilidad en la Costa, Miguel Velasco.
EXCEPCIONES PUNTUALES
En algunos puntos muy localizados es posible, sin embargo, que la altura del espigón deba alcanzar los menos dos metros en los extremos "para evitar ciertos movimientos de la playa según los oleajes". En otros puntos se podrá bajar incluso de menos tres. "Las pruebas que se hacen en la maqueta gigante serán determinantes para estos ajustes finales del proyecto", certificó Velasco.
Los surfistas también pueden estar tranquilos. Al menos, según el ministerio. Un modelo matemático del oleaje demuestra que las condiciones para su práctica mejora globalmente en la playa de la Barceloneta aunque empeore en algunos puntos concretos, especialmente en el espigón elevado que ya está en construcción. El estudio se extenderá al resto de playas y, si es necesario, se introducirá alguna modificación para favorecer a estos deportistas "siempre que sea compatible con los otros objetivos".
IMPACTO AMBIENTAL
El actual proyecto de espigones que encerrará a cuatro playas de la ciudad no está avalado por ningún informe de impacto ambiental. Ante la urgencia del ayuntamiento por adelantar las obras, el ministerio incluyó un estudio de incidencia ambiental, pero que había sido realizado en el 2004 para un proyecto muy diferente.
Aunque el primer plan redactado por el ministerio preveía ocho diques perpendiculares (una solución menos agresiva con el medio ambiente, según los expertos) y el dique que se construirá es un muro continuado de más de dos kilómetros, el ministerio considera que "los cambios son pequeños" y que, por tanto, no hay necesidad de realizar un nuevo informe de impacto ambiental.
Fuente: elperiodico.com
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9/2/2007 PROYECTO PARA PRESERVAR EL LITORAL DE LA CIUDAD
Un espigón sumergido tres metros protegerá las playas de Barcelona
• Medio Ambiente acepta bajar la cota y suprimir la barrera de Nova Icària como pidió el ayuntamiento
• El acuerdo cerrado en Madrid solo está pendiente de las últimas pruebas de la dinámica de las olas
MANUEL VILASERÓ
MADRID
Las dudas sobre el proyecto de protección de las playas de Barcelona destinado a evitar la pérdida de arena han llegado a su fin. El Ministerio de Medio Ambiente ha accedido a la petición del Ayuntamiento de Barcelona de rebajar la altura del espigón sumergido hasta la cota de menos tres metros y suprimir el tramo previsto frente a la playa de la Nova Icària. El primer teniente de alcalde, Xavier Casas, se declaró ayer satisfecho y "muy tranquilo" tras conocer de primera mano el proyecto en una visita al centro de experimentación de Madrid donde se realizan las pruebas de dinámica marina.
La defensa submarina se instalará, pues, en las playas del Bogatell, Mar Bella, Nova Mar Bella y Llevant con una longitud total de 2.300 metros, unos 200 menos que el proyecto inicial. El consistorio alegó que la de la Nova Icària no necesitaba una protección adicional porque el puerto olímpico y el espigón de Llevant ya ofrecen garantías suficientes sobre la estabilidad de la playa.
Pero la discrepancia que más dividía a ayuntamiento y ministerio era la profundidad. Desde Barcelona se pedía bajar hasta la cota de menos cinco metros y desde Madrid se había previsto inicialmente la de menos uno. Luego se bajó a menos dos. El objetivo de los responsables municipales era salvar el principal temor que albergaban sus expertos y otros científicos: la zona de baño se convertiría en una caldeada piscina repleta de suciedad y bacterias debido a la escasa renovación del agua.
IMPOSIBLE BAJAR MÁS
Medio Ambiente se ha negado a ir más allá de los tres metros por razones técnicas. Por un lado, no hay maquinaria para trabajar a menos cinco y, después, la estabilidad de las playas no queda garantizada. Sus técnicos aseguran, además, que la renovación del agua queda asegurada y para demostrarlo sin ninguna duda es por lo que, entre otras razones, se ha construido una enorme maqueta a escala de la playa del Bogatell.
El municipio también alegó razones de seguridad para bajar la cota. Ahora coincide con el ministerio en que con situar la escollera a menos tres basta para que naveguen sin peligro las embarcaciones que pueden zarpar cuando no hay temporal. "Los barcos de limpieza y salvamento podrán entrar perfectamente", dijo el subdirector general de Sostenibilidad en la Costa, Miguel Velasco.
EXCEPCIONES PUNTUALES
En algunos puntos muy localizados es posible, sin embargo, que la altura del espigón deba alcanzar los menos dos metros en los extremos "para evitar ciertos movimientos de la playa según los oleajes". En otros puntos se podrá bajar incluso de menos tres. "Las pruebas que se hacen en la maqueta gigante serán determinantes para estos ajustes finales del proyecto", certificó Velasco.
Los surfistas también pueden estar tranquilos. Al menos, según el ministerio. Un modelo matemático del oleaje demuestra que las condiciones para su práctica mejora globalmente en la playa de la Barceloneta aunque empeore en algunos puntos concretos, especialmente en el espigón elevado que ya está en construcción. El estudio se extenderá al resto de playas y, si es necesario, se introducirá alguna modificación para favorecer a estos deportistas "siempre que sea compatible con los otros objetivos".
IMPACTO AMBIENTAL
El actual proyecto de espigones que encerrará a cuatro playas de la ciudad no está avalado por ningún informe de impacto ambiental. Ante la urgencia del ayuntamiento por adelantar las obras, el ministerio incluyó un estudio de incidencia ambiental, pero que había sido realizado en el 2004 para un proyecto muy diferente.
Aunque el primer plan redactado por el ministerio preveía ocho diques perpendiculares (una solución menos agresiva con el medio ambiente, según los expertos) y el dique que se construirá es un muro continuado de más de dos kilómetros, el ministerio considera que "los cambios son pequeños" y que, por tanto, no hay necesidad de realizar un nuevo informe de impacto ambiental.
Fuente: elperiodico.com