EDITORIAL
La opinión del diario se expresa sólo en los editoriales. Los articulistas exponen posturas personales
Polémico dique marino
• Barcelona ha de encontrar la forma de salvar la arena de sus playas respetando el equilibrio ecológico
El Ayuntamiento de Barcelona quiere reducir el gasto de reponer la arena que los temporales de invierno se llevan de las cinco nuevas playas de las que disfruta la ciudad desde 1992. El Ministerio de Medio Ambiente ha considerado diversas iniciativas y redactado dos proyectos, el segundo de los cuales está sometido a información pública este mes. La propuesta consiste en levantar un muro de 2,5 kilómetros de extensión bajo el mar, a unos cientos de metros de las playas, que atempere el oleaje que erosiona la arena.
La obra tiene un coste considerable, aunque es inferior a lo que cuesta restaurar cada año la playa perdida. Pero también es una idea controvertida. La mayoría de los expertos que han visto el proyecto y no tienen intereses directos en él advierten de consecuencias indeseadas: las aguas embalsadas aumentan los riesgos de salubridad para los bañistas y alteran el equilibrio ecológico del hábitat marino. Según la normativa española no es exigible el informe sobre el impacto ambiental de esta obra, y el proyecto carece de él. Sería temerario que el ministerio no evaluara los condicionantes ecológicos ni las soluciones ya tomadas en otros países antes de dar más pasos a ciegas.
http://elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=5&idioma=CAS&idtipusrecurs_PK=7&idnoticia_PK=310151&h=060605
PROYECTO PARA EVITAR LA PÉRDIDA DE ARENA // LOS AFECTADOS >> REPORTAJE
El último muelle público
• Medio Ambiente proyecta el cierre del único embarcadero público de BCN
• Los usuarios de la rampa tendrán que pagar o abandonar su afición al deporte náutico
Instalación amenazada Bustamante (de azul) y Marín, ayer, con su barca en la rampa pública. Foto: DANNY CAMINAL
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El futuro gran dique submarino de BCN carece de informe ambiental
Polémico dique marino
D. P.
BARCELONA
Hace más de siete años, Crisanto Bustamante, de 55 años, y su amigo José Marín, de 42, vecinos de Sant Adrià de Besos, tuvieron que dejar de embarcar en Montgat, costumbre que tenían los fines de semana para disfrutar de la pesca deportiva. Llevaban 15 años zarpando desde ese lugar, pero la construcción de una urbanización de pisos los echó a ellos y a muchos otros aficionados de esa playa.
Desde entonces, comenzaron a utilizar la única rampa pública de embarcaciones que queda en Barcelona, entre las playas de Bogatell y Mar Bella. "Aquí venimos siempre porque no hay que pagar. Esta es la única opción que tenemos porque no podemos comprar un amarre en el puerto, que cuesta 20.000 euros", explica Crisanto Bustamante.
A partir del próximo año, la afición de estos deportistas puede verse truncada. El Ministerio de Medio Ambiente ha propuesto rellenar este canal de salida para la construcción de los espigones que evitarán que las playas de la ciudad sigan perdiendo arena.
A los puertos de pago
Como Bustamante y Marín, los pescadores que inician su faena desde esta rampa, así como los usuarios de la base náutica de la Mar Bella (dependiente del ayuntamiento) tendrán que buscar otras alternativas si se concretan los planes del ministerio. "A los pobres nos echan de todos lados. Parece que si no tienes dinero, no tuvieras derecho a disfrutar del mar", razona Bustamante.
Los usuarios del canal no entienden las razones del relleno. "La opción que nos quedará es la Villa Olímpica. Pero ahí te cobran 16 euros por poner la barca en el agua, más el párking. Como tampoco podemos usar las playas para embarcar, porque nos multan, tendré que venir menos o dejar de pescar", explica Jaime Molla, un practicante de pesca deportiva de 29 años.
Los abonados de la base náutica municipal también serán afectados con el relleno del canal y la construcción del dique sumergido de 2,5 kilómetros. "El proyecto es una aberración de la lógica. Para los windsurfistas será muy peligroso cuando haya olas. Si la mar baja un metro, podremos chocar con el muro. A la velocidad que vamos, sería un accidente fatal", explica Salve Pardàs, un windsurfista de 37 años.
Los usuarios de la rampa explican que muchas embarcaciones con alerones y motor bajo también pudieran resultar afectadas por el muro submarino cuando haya fuerte oleaje. Àlex Nuibó, de 34 años, windsurfista abonado de la base náutica, explica que el mayor peligro del dique es que a su alrededor se generarán contraolas, producidas por el rebote de la corriente con la obra. "Si nos caemos, podemos tener un accidente contra las rocas", afirma.
Solicitud de rectificación
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que pedirá al ministerio que no se rellene la rampa pública, puesto que de allí también salen equipos de rescate para deportistas y embarcaciones accidentadas. Además, solicitará rebajar la altura del gran dique y mantener algunas de las salidas al mar que utilizan los abonados de la base náutica, donde se realizan cursos de vela, catamarán y windsurf entre otros.
Mientras se concreta el plan, los usuarios de la rampa gratuita siguen realizando labores de salvamento y embarcando para disfrutar de la pesca deportiva. Así continuarán antes de que el hormigón rodee las playas de la ciudad.
http://www.elperiodico.com/EDICION/ED060605/CAS/CARP01/PDF/g031lR90.PDF
PROYECTO PARA EVITAR LA PÉRDIDA DE ARENA // LA NORMATIVA
El futuro gran dique submarino de BCN carece de informe ambiental
• El dictamen de impacto del 2004 se refiere al viejo plan de ocho espigones perpendiculares a la costa
• El Ministerio de Medio Ambiente no ha realizado un nuevo estudio que avale el cambio de proyecto
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El último muelle público
Polémico dique marino
DAVID PLACER
BARCELONA
El proyecto del gran dique submarino de 2,5 kilómetros que encerrará cinco playas de Barcelona (Nova Icària, Bogatell, Mar Bella, Nova Mar Bella y la futura playa del zoo marino) y evitará la pérdida de arena no está avalado por ningún tipo de informe de impacto medioambiental.
El Ministerio de Medio Ambiente consideró que esta obra no necesitaba una declaración de impacto ambiental, a pesar de las dudas de los científicos sobre los efectos sobre la salubridad de las aguas. El Ayuntamiento de Barcelona había pedido que no se hiciera esa declaración, según consta en una resolución ministerial del 31 de enero pasado.
PRISAS POR LA EROSIÓN
Técnicos relacionados con el proyecto admitieron a este diario que "había presión política" para ejecutar el proyecto rápidamente con el propósito de frenar la pérdida de arena de las playas. En este caso, la ley no obliga a realizar la declaración de impacto ambiental, aunque una directriz europea de 1985 sí exige, al menos, un pequeño informe ambiental.
Cumpliendo con esta directriz, el proyecto de Medio Ambiente de enero pasado incluyó un estudio de incidencia ambiental. Pero este había sido realizado en el 2004 en base a un viejo proyecto anterior, mucho antes de que se contemplara la idea del gran dique paralelo a la costa.
Josep Hurtado, autor del citado informe, emitido por la empresa Litoral Consult, reconoció a este diario que el estudio se había elaborado para un proyecto anterior que contemplaba construir ocho espigones menores y perpendiculares a la costa y, según técnicos y científicos consultados, no tan agresivo para el medio ambiente.
VERSIONES OPUESTAS
Hurtado, no obstante, aseguró que el impacto de la muralla sumergida será muy similar al de los espigones. "El dique no tendrá un impacto importante en las especies. Quizá tenga más consecuencias en la dinámica de las aguas, pero este no es un aspecto que se haya contemplado en nuestro estudio. Aunque en el proyecto global sí hay un apartado para este aspecto", explicó.
Por el contrario, Sarah Frias, oceanógrafa catalana de la Universidad de Miami y de la NOAA (siglas en inglés de la Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos de Estados Unidos) y Enric Sala, subdirector del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad de California, aseguraron que el muro propuesto por el ministerio hará subir la temperatura del agua, disminuirá su circulación y fomentará la concentración de bacterias, como informó este diario el jueves pasado.
Brie Cokos, ingeniero de la empresa estadounidense Coastal Systems, que construye diques y arrecifes artificiales en Florida y el Caribe, prevé que el gran dique ocasionará más problemas de erosión en el futuro, puesto que, al no existir canales para que el agua drene, la presión de las olas maltratará las bases de la obra.
Sandrine Job, ingeniera de la empresa francesa Soproner, especializada en infraestructuras de costas, aseguró que un muro continuado es muy agresivo con el medio y que no permitirá el movimiento de arena, necesario para la higiene.
http://elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=5&idioma=CAS&idtipusrecurs_PK=7&idnoticia_PK=310109&h=060605